Puede que se presenten mil tormentas encima de nuestras cabezas, pero aprenderemos a bucear bajo la lluvia.
Al fin y al cabo, el sol siempre vuelve a salir.
Se acerca de puntillas mientras dedico mi tiempo a sonreír a través del cristal.
Intento hacerte saber que no hay nada más allá de tu mirada.
Que no hay nada que se compare a ti.
Te esperaría cada noche a 10 grados bajo cero, durante todos los años necesarios, sólo para que vinieras a darme el calor de tu abrazo.
He conseguido unir todos los puntos del camino hacia tu corazón. Ya estoy instalada y ahora nos toca ser felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario